domingo, 28 de diciembre de 2014

La buena comunicación

Las habilidades sociales y la comunicación van cogidas de la mano. Ambas se necesitan la una de la otra para existir. No puede haber una correcta comunicación si no hay una serie de habilidades sociales básicas, al igual que no tiene sentido que existan las habilidades sociales si no las podemos emplear en la comunicación. Adquiere importancia en secundaria la enseñanza de una serie de pautas para que exista una adecuada comunicación.

¿Qué es la comunicación? Es un proceso en el que existe una persona que emite un mensaje (emisor), un mensaje que contiene información y una o varias personas que recibe dicho mensaje (receptor). La relación que se establece entre ambas partes es bidireccional, de tal forma que el receptor puede convertirse en emisor, y el emisor en receptor e intercambiar mensajes. Un ejemplo de comunicación es cuando estamos reunidos con nuestros amigos en un parque y nos contamos lo que nos ha sucedido durante la semana. Todos actúan como emisor y como receptor.

La comunicación se puede expresar de dos formas: de forma verbal y de forma no verbal. La verbal consiste en transmitir la información mediante sonidos, mientras que la forma no verbal consiste en comunicar mediante gestos (mirada, sonrisa, postura, movimiento de las manos, etc). A pesar de que ambos tipos se complementan, los gestos por sí solos dicen mucho: una imagen vale más que mil palabras.

Para comunicarnos bien podemos hacer lo siguiente:
1.- Hablar con claridad. Pronunciar bien las palabras, sin prisas y tranquilamente. Tómate tu tiempo para expresarte.

2.- Emplear los gestos. Ayuda a clarificar lo que queremos decir. Con la cara somos capaces de expresar emociones como la alegría, tristeza, sorpresa, etc. Además nos podemos mostrar a favor, en contra o indiferentes ante una propuesta.

3.- Respetar el turno de palabra. Para que sea una comunicación real, debemos hablar todos y, para que ello sea posible, debemos establecer un turno de palabra y respetarlo. Cuando el/la compañero/a habla, nos callamos y lo escuchamos.

4.- Mirar a los ojos del que escucha o del que habla. Cuando somos dos, es fácil hacerlo. Pero cuando estamos hablando ante un grupo numeroso, lo ideal es mantener el contacto ocular con todos los oyentes de tal forma que no fijemos nuestra mirada en la misma persona durante más de 10 segundos. Debemos rotar el contacto ocular.

5.- Mantener un volumen de voz adecuado. El volumen debe adecuarse al contexto. No es lo mismo estar en una clase o habitación que estar en un parque. En el parque probablemente habrá más ruido que en la clase y ello influirá en que tengamos que alzar más la voz o no.

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